jueves, 20 de septiembre de 2012

CRISIS ANUNCIADA

La toma de Berlín fue el momento culminante de  una furia que se vio venir y a la que el gobierno reaccionó con notoria lentitud. El primer aviso tuvo lugar el martes 10, cuando los indígenas rodearon un puesto militar en Monte Redondo, en Miranda, y destruyeron tres trincheras de la policía en Toribío. El 11, durante la visita que el presidente Santos hizo al pueblo, iniciaron la toma del cerro Berlín para hacer lo mismo y fueron a hablar con las Farc para que quitaran sus dos retenes de la carretera que viene de Santander de Quilichao. Naciones Unidas y el juez español Baltasar Garzón visitaron la zona y ofrecieron su mediación.

El 17, la población bloqueó la vía entre Corinto y Caloto, exigiendo la salida del Ejército del caserío de Huasanó. Al día siguiente, mientras el gobierno retomaba el cerro Berlín, en La Laguna, un resguardo de Caldono, un disparo “por error” del ejército acabó con la vida del joven indígena Fabián Güetio. La reacción mostró que los ánimos distaban de aplacarse: la patrulla fue rodeada por guardias indígenas, retenida y conducida a Caldono. En Toribío, los indígenas detuvieron a cuatro guerrilleros en las afueras de Toribío y, el 19, les iniciaron un juicio público, según su costumbre. Simultáneamente, en Huasanó, en medio de un tiroteo durante choques con el ESMAD, murió un campesino y tres fueron heridos.

Solo cuando ya casi todos estos hechos se habían acumulado, el gobierno reaccionó, retomando las bases militares en los cerros en Miranda y Toribío, y el Presidente hizo un Consejo de Seguridad en Popayán. Se cambió el mando de la III División y se anunció la puesta en marcha del Comando Conjunto del Suroccidente, que buscará integrar la actividad militar con la acción civil del Estado. Y solo entonces, una semana después de que durante la visita presidencial se perdió la oportunidad de hablar, se invitó a los indígenas al diálogo. Sin embargo, la crisis misma sigue tan viva como las razones, coyunturales y estructurales, que la originaron.

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