RESEÑA: LAS RAZONES DETRÁS DEL CONFLICTO EN EL CAUCA, DE FERNANDA ESPINOSA MORENO
Espinosa es
historiadora de la Universidad Nacional[1], con
un interés por la historia social del siglo XIX, esencialmente en la cultura
política de la Independencia y los grupos indígenas. Por eso, su análisis de
carácter estructural, se basa en exponer el conjunto de factores que determinan
el curso de las acciones de guerra en el país, a través de la situación que
está viviendo el departamento del Cauca, que se caracteriza por ataques,
enfrentamientos, asesinatos y amenazas, especialmente en el municipio de
Toribío, donde se perjudica directamente a la población civil. De las cinco razones
que la autora desarrolla, por las cuales el conflicto se concentra en esta
región, para el objeto de esta investigación voy a introducir dos: la primera,
es que el Cauca es un corredor estratégico para la movilidad de armas y drogas
que está en disputa por los actores armados ilegales y la segunda, es el plan
de guerra que implementó el gobierno en la región para ganarse a la población o
para dividirla.
El Cauca es parte de un corredor determinante
en la movilidad de armamento y de drogas, que vincula al departamento, con
Tolima y el Valle del Cauca; como dice la autora: “la cadena del negocio ilegal se expande en una ruta que recorre desde
el Norte del Valle hasta las salidas al pacifico” (Espinosa: 2012), parte de estos negocios
se consolidan en Buenaventura, a la par con el contrabando, de ahí que los
actores armados al margen de la ley breguen por su permanencia en la zona,
principalmente por el control del tráfico de drogas. Además de lo mencionado
por la autora, también estoy de acuerdo con que el Cauca representa una
ubicación favorable para los cultivos ilícitos, fuente del sustento económico
que requieren los insurrectos.
Hay una distancia inferior a 90 kilómetros
entre Toribío y Cali, esta última es la tercera ciudad más grande del país, lo
cual evidencia el interés de las FARC de mantenerse en el territorio, mientras
que al Estado le incomoda. Espinosa explica dicha presencia: “que puede ser entendida por la opinión
pública como una señal de flaqueza de la política de seguridad del actual
gobierno” (Espinosa: 2012), por esa razón es que se lanza el plan de guerra “Espada de
Honor” para recuperar el orden y reiterar la presencia política y territorial
por parte de la administración en la región. La dificultad radica en los
habitantes indígenas y campesinos de la zona, que ya han tomado medidas para
defender su autonomía y se resisten a permitir una intervención ilimitada del
Estado. Por mi parte, considero que la
presencia del Estado en la zona, se justifica primordialmente en la ampliación
de su soberanía, que ha sido difusa durante muchos años y, que por tanto, ha
permitido a la guerrilla extender y perpetuar su existencia. Además de que
parte de la población ha terminado involucrándose en el conflicto a causa del
insuficiente apoyo que ofrece el gobierno para mejorar su calidad de vida.
Ciertamente en el departamento del Cauca se
gesta uno de los conflictos más perjudiciales para el país, que está apoyado en
problemas sociales como el narcotráfico y en problemas políticos como la
deficiente seguridad que se ofrece. Es por ello que resulta oportuno el
análisis de Espinosa, para dejar ver que el problema en el Cauca se arraiga
especialmente en los intereses conjugados de los grupos armados, del Estado y
sus proyectos en la región, además de la misma población. Como nueva
perspectiva, aconsejo consultar el artículo Toribío:
vivir bajo las balas de Castrillón, para ampliar la percepción que se tiene
sobre el estilo de vida que tienen los habitantes de Toribío, Cauca.
[1] Ha realizado trabajo
investigativo en los campos de ciudadanía, cultura política y actores
subalternos. Actualmente es estudiante de la maestría en Estudios Políticos y
Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá
e Investigadora Asociación
MINGA.
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